Con un sonido puramente melódico, destacan tres elementos fundamentales en el disco. La potente voz de Larry Baud; marca las diferencias y se emerge como uno de los grande vocalistas del género. Tristan Avakian, en aparencia un guitarrista desconocido, pero por su trabajo en este disco, descubrimos gran calidad en todo lo que toca. Y por último, el pilar fundamental del sonido del disco, los teclados de David Rosenthal. El ex de Rainbow impone su indudable calidad como teclista y consigue aplicar los teclados de manera brillante tanto a las canciones más rápidas como a las baladas, con exitoso resultado en ambas.
Flyin' High: uno de los temas más rápidos y potentes del disco. Perfecto riff inicial acompañado de una de las principales señas de identidad de esta banda, los teclados de David Rosenthal. Breve estrofa que da paso al estribillo en el que otra vez los teclados, y esta vez los coros, acompañan en la voz a Larry Baud, creando un gran sonido. La fórmula se repite, dejando paso a un espectacular solo de teclado, como pocos se pueden encontrar en el mercado, seguido de un eléctrico solo de guitarra. Brutal el sonido, la melodía que consiguen para abrir el álbum.
I'll Be There: canción con marcado ritmo ascendente. El relajado ritmo incial va aumentando hasta llegar al movido estribillo, uno de los más pegadizos del disco. El sonido de la guitarra en esta canción es menos eléctrico que en Flyin' High, pero el conseguido es todo un lujo. La canción que me enganchó definitivamente a este disco, perfectamente se podría haber convertido en un clásico del género.
Liar: otro despliegue de teclados, que es el elemento que más peso tiene en el sonido del disco. Una canción menos rítmica que las anteriores, pero con una gran fuerza vocal, en la que Baud hace todo un derroche, especialmente en el estribillo. Gran solo de guitarra y final con el estribillo coreado con segundas voces, perfecta combinación.
Dangerous Child: una de las canciones mas hardrockeras del disco, lo que comprobamos tanto en el riff de inicial, como en el solo de guitarra, donde por primera vez no están presentes los teclados. Aún así, el sonido conseguido por la guitarra vuelve a ser muy bueno. Demuestran otra vez más que pueden imprimir más fuerza a sus canciones y seguir sin perder su esencia, la excelente melodía que impregna todo el disco.
Promises: bajamos un poco el rimto y llegamos a la primera balada (imprescindible en todo disco del género). Vuelven los teclados y el ritmo muy marcado por la batería. Potente estribillo y solo de guitarra. No es la típica balada melosa a la que tanto estamos acostumbrados a escuchar, esa la veremos luego. Otra vez más, la voz de Larry Baud es lo más destacado de la canción.
I Can't Get Over You: es la canción que más se aleja del sonido que caracteriza al resto del disco. Pero ni así consiguen hacer un tema que suene mal. Este tiene un sonido que nos más blusero, aunque se queda a medio camino, no llega a estar muy marcado el blus. En el estribillo comprobamos otro registro vocal de Baud, alargando las notas, pero sin duda lo mejor es el solo. Rompe con el sonido del resto de la canción, y sin llegar a ser un solo virtuoso, está muy logrado.
Christine: vuelve esa perfecta combinación entre guitarra y teclados, que tan buen resultado ha dado a lo largo de la mayoría de las canciones del disco. Estrofa y sobre todo, estribillo muy pegadizo, nada nuevo.
Take These Chains: la balada más pura del disco. Teclados iniciales que recuerdan mucho a ese éxito de Richard Marx, que se mantienen durante toda la canción. Sube el ritmo en el estribillo, gracias a la potencia vocal. Pero una vez más, es el teclado el elemento que marca la diferencia. Precioso el sonido que consigue el bueno de Rosenthal. Los coros finales que acompañas a los agudos de la voz de Baud son otra delicia.
She's On Fire: ritmos iniciales muy pausados, que aumentan a ritmo de la batería. Baud entra casi susurrando las estrofas, pero vuelve a desembocar en un potente estribillo. Vuelven a jugar con los tiempos, el paso de ritmos muy pausados a otros eléctricos tienen un excelente resultado siempre que lo hacen en este disco. Esta canción es otro claro ejemplo.
Never Say Surrender: para acabar, la canción que da nombre al disco. Básicamente acaban a lo grande. Ritmos muy veloces desde el principio, sonido muy alegre de los teclados. Un tema, que pese a ser el último, suena muy fresco, siguen manteniendo la capacidad de innovar. El sonido de ese solo hay que escucharlo, casi indescriptible. Una mezcla de agudos y distorsión, pero que gusta y mucho.
Y esto es todo lo que podemos hablar de este fabulosa banda y de su grandioso trabajo. Desgraciadamente desaparecieron, y este fue el único legado que nos dejaron. Pero principalmente, por esa razón, hay que disfrutarlo. Uno de los mejores discos de hard rock melódico que he escuchado.
Magnífica reseña, un disco algo irregular, algún tema baja el nivel, pero en los que acierta, la mayoría, pffffffff espectaculares. Como bien destacas teclados y guitarra, ese duelo, son espléndidos.
ResponderEliminarGran trabajo.
Es un grandísimo trabajo, una reliquia casi oculta del género.
EliminarCoincido contigo, algún tema esta algo por debajo, pero no afecta a la valoración más que positiva del disco en conjunto, un trabajo muy completo.
Desde luego, notabilísimo
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